Proyectada para la segunda fase de un nuevo desarrollo residencial en el distrito londinense de Nine Elms -cercano a la nueva embajada de Estados Unidos-, la 'Sky Pool' será una piscina de 25 metros de largo y suspendida a diez pisos de altura, diseñada por la oficina local HAL.
La piscina se mantendrá en suspensión gracias a (solo) 20 centímetros de un vidrio transparente libre de estructuras y que conectará dos edificios residenciales desarrollados por Ballymore Group.
Mientras Kriston Capps de CityLab advirtió que "los desarrolladores intentan colgar un potente símbolo de desigualdad por sobre las cabezas de los londinenses" y Oliver Wainwright del británico The Guardian lo tildó de "bañera para oligarcas", la compañía desarrolladora se defiende.
Sean Mulryan, presidente y CEO de Ballymore Group, explicó su interés en desarrollar el diseño de la piscina: "viene de un deseo de empujar los límites en la capacidad de la construcción y la ingeniería. Quise hacer algo que nunca se había hecho antes [...] La estructura es el resultado de significativos avances tecnológicos durante la última década. La experiencia en la piscina será realmente único, será como flotar en el aire en pleno centro de Londres".
Sky Pool contará con un bar en la azotea, un invernadero, un spa y una segunda conexión a través de un puente peatonal. Su diseño estuvo a cargo de Arup Associates, mientras la asesoría de especialistas corrió por cuenta de Eckersley O'Callaghan y Reynolds.
Se espera que la piscina finalice su construcción en 2017.